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De vuelta del duro entrenamiento, su cansado y ansioso cuerpo de adolescente frenético en todos los deseos y descontento con el mundo en general, observaba y fotografiaba, el horizonte contrario al sol, por la mezcla de colores que decoraban, en esos inicios de rosa que marca el caer de la tarde, el paseo del río en el camino inverso a su corriente, nada más pasar la rotonda que custodian los fieros felinos, únicamente reyes en su espacio y medio, se divisa la cúpula del convento Jerónimo (San Prudencio), escondida o protegida por los edificios de tonos ocres de reciente construcción, enmarcando una fotografía que cualquier pintor querría reflejar en su mejor lienzo.
Otro precioso rincón, es un vistazo rápido y superficial de la ampliación de los jardines del prado, sin introducirse en sus paseos, simplemente bordeando la frontera marcada por la vegetación que lo custodia, observamos otra cúpula, esta vez la de nuestra orgullosa Basílica, rodeada de las nubes en el deseo de acariciarla, frenaba nuestro camino y atraía la mirada de éste hermoso muchacho que en ese momento, más que preocuparse en observar cuerpos hermosos de muñequitas de su edad, era absorbido por el tejado gris alzado elegante, cortando nuestra mirada elevada y sacándonos un suspiro de admiración.
Tras este paseo nos introducimos en el laberinto de calles, dejando los espacios amplios ocupados de vegetación y rodeándonos de edificios de colores cambiantes y alturas diferentes, cejamos en la observación y nos enfrascamos en una conversación sobre las tareas académicas que debemos realizar al llegar al hogar, cuando un nuevo, ¡ohhh!, sale esta vez de mi garganta, lo que rápidamente indica al observador querido que llevo a mi lado, que su mirada debe imaginar la mía y cámara en ristre, enfoca hacia las montañas nevadas que aparecen frente a nosotros, captando la imagen de azules cambiantes, provocando a la blanca mancha nívea ese tono de añil suave que atrae a ensoñaciones.
Y así, es como hemos visto mi vástago amado y yo, la belleza tranquila y elegante de Talavera de la Reina.
Mi recomendación para hoy, además que miréis los rincones maravillosos que nos brinda la ciudad, aclarando que si me los fotografiáis y enviáis, podríamos comentarlos. Recordaros que sigue la exposición de hablemos de drogas, itinerante de la fundación la Caixa, en la ampliación de los jardines, ópera el sábado en el teatro Palenque, y la exposición Talavera en Goya, en el Centro Cultural Rafael Morales, para tomar un descanso refrescante, El Retiro en la calle prado, es un sitio muy agradable.
Hasta el próximo post
Katia C.
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