viernes, 14 de febrero de 2014

Sencilla y hermosa para todas las generaciones

   Mamá, ¡mira que fotografía mas bonita tiene el paseo del río!, con las nubes esparcidas por el cielo en un blanco radiante, escondiendo al sol en su caída hacia el descanso y las columnas iluminadoras de la ciudad colocadas en ese orden tan lineal que organiza el camino, el  tranquilo río sujetando el paisaje y los puentes de nuestra preciosa Talavera decorando en un vistazo lejano, o casual,  dependiendo de la situación, así, veíamos el principio de la tarde, mi hijo y yo, camino de practicar su deporte favorito, y lo mejor es, que el que se fijaba y lo fotografiaba era él, un adolescente de 13 años, maravillado por la belleza que presenta esta ciudad, y eso es lo que haré en este post, comentar las imágenes que de esta ciudad cómoda y bella ha captado mi hijo, en un caminar habitual y tranquilo, pero lleno de observación.

   De vuelta del duro entrenamiento, su cansado y ansioso cuerpo de adolescente frenético en todos los deseos y descontento con el mundo en general, observaba y fotografiaba, el horizonte contrario al sol, por la mezcla de colores que decoraban, en esos inicios de rosa que marca el caer de la tarde, el paseo del río en el camino inverso a su corriente, nada más pasar la rotonda que custodian los fieros felinos, únicamente reyes en su espacio y medio, se divisa la cúpula del convento Jerónimo (San Prudencio), escondida o protegida por los edificios de tonos ocres de reciente construcción, enmarcando una fotografía que cualquier pintor querría reflejar en su mejor lienzo.

   Otro precioso rincón, es un vistazo rápido y superficial de la ampliación de los jardines del prado, sin introducirse en sus paseos, simplemente bordeando la frontera marcada por la vegetación que lo custodia,   observamos otra cúpula, esta vez la de nuestra orgullosa Basílica, rodeada de las nubes en el deseo de acariciarla, frenaba nuestro camino y atraía la mirada de éste hermoso muchacho que en ese momento, más que preocuparse en observar cuerpos hermosos de muñequitas de su edad, era absorbido por el tejado gris alzado elegante, cortando nuestra mirada elevada y sacándonos un suspiro de admiración.

   Tras este paseo nos introducimos en el laberinto de calles, dejando los espacios amplios ocupados de vegetación y rodeándonos de edificios de colores cambiantes y alturas diferentes, cejamos en la observación y nos enfrascamos en una conversación sobre las tareas académicas que debemos realizar al llegar al hogar, cuando un nuevo, ¡ohhh!, sale esta vez de mi garganta, lo que rápidamente indica al observador querido que llevo a mi lado, que su mirada debe imaginar la mía y cámara en ristre, enfoca hacia las montañas nevadas que aparecen frente a nosotros,  captando la imagen de azules cambiantes, provocando a la blanca mancha nívea ese tono de añil suave que atrae a ensoñaciones.

   Y así, es como  hemos visto mi vástago amado y yo, la belleza tranquila y elegante de Talavera de la Reina.

   Mi recomendación para hoy, además  que miréis los rincones maravillosos que nos brinda la ciudad,  aclarando que si me los  fotografiáis y enviáis,  podríamos comentarlos.  Recordaros que sigue la exposición de hablemos de drogas, itinerante de la fundación la Caixa, en la ampliación de los jardines, ópera el sábado en el teatro Palenque, y la exposición Talavera en Goya, en el Centro Cultural Rafael Morales, para tomar un descanso refrescante, El Retiro en la calle  prado, es un sitio muy agradable. 

   Hasta el próximo post

Katia C.


   


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