En el último post con el que sigo la historia y leyendas de Talavera, dejamos a un D. Julián Conde de Ceuta, bastante enfadado, por la deshonra de su hija por parte del rey visigodo D.Rodrigo, el traicionado padre tras recuperar a su hija de las garras del infame, no para de rumiar la venganza por la afrenta recibida, y así las cosas, se cuenta que pudo trabar conversaciones con los dispuestos musulmanes que no veían el momento de poner sus pies en la tentadora Península Ibérica.
Imagino a D.Julián, mascullando para sus adentros, entrecerrando los ojos e iluminándosele la mirada, al ver desde las almenas de su castillo, las que recorre sin parar día y noche en su desesperanza desde el ultraje, en la ciudad de Ceuta, los decididos pasos del oficial bereber Tariq, que se encontraba por orden de sus señor, Muza, observando la posibilidad de cobrarse el ansiado triunfo que representaba la conquista de Hispania, los musulmanes observantes de las luchas internas de estos visigodos mas interesados en el poder que en contentar al pueblo, desguarnecían sus fronteras y allí estaba Tariq, para buscar el momento exacto, cual serpiente ante su presa, para lanzar el mordisco del triunfo, y así en ese paseo por el puerto de Ceuta, lo miraba sonriente D.Julian que ya se relamía por saborear la miel de la venganza. Urdió un motivo para que fuera llamado ante su presencia, sin despertar sospechas y agasajandole con sus mejores viandas, vino a exponerle el plan que había confeccionado en su incesante necesidad por devolver el daño.
Tariq, sorprendido y agradecido, observaba no sin cierto desconfió las facilidades proporcionadas, mas no podía perder la oportunidad y con el beneplácito de su señor y del califa de Damasco, cruzó el estrecho por el puerto de Ceuta, aprovenchando la ausencia de D.Rodrigo, que andaba guerreando, en este caso, poniendo sitio a Pamplona, dejaba todo el sur a merced de los pacientes musulmanes, que cual enjambre de moscas esperando la ausencia de peligro para abalanzarse sobre el dulce, desembarcaron y empezaron la conquista. A oídos del imprudente D.Rodrigo, los acontecimientos acaecidos, cruza la Península en su corcel a la velocidad del galope, que no voló por no saber, reclutando a su paso a todo el que lograba ver en su carrera, llegando a formar un ejercito de mas de 30.000 hombres, con los que llega al futuro Al-Andalus, y a la altura del río Guadalete empieza la batalla. Claro es que con tanta prisa en el reclutamiento, teniendo tantos enemigos ganados a pulso en su comportamiento, y enfrente a un bereber con muchas ganas de conquista y deseoso de complacer a su señor, o lograr medallas con buena excusa, D. Rodrigo tenía poco que hacer, inicia bien la contienda, la estrategia parece funcionar, pero la traición sobrevuela el campo y la maldición recaída sobre él por curioso, no le auguran buen término, Así perdió la tan conocida batalla de Guadalete y comenzó la conquista musulmana. En la que nuestra ciudad toma gran importancia por hacerse partidario del bereber, buena elección en esta ocasión.
Sobre la maldición atribuida al rey D.Rodrigo, se cuenta, cierto es que éste hombre le gustaba jugar con lo prohibido, pues dos leyendas le rondan y sus años de reinado fueron pocos, al igual que sus congéneres poco tuvieron para resaltar, a parte de guerrear por las coronas y fortalecer su rama del cristianismo, éste salió algo curioso para lo acostumbrado, y allí donde había una prohibición parece llamarlo a gritos, así se cuenta, que existía desde tiempos de la conquista visigoda una cueva en Toledo, con un misterio guardado del que nada se puede contar, y del que cada rey que ostentase la corona visigoda, debía añadir un candado al portón que prohíbe la entrada a la misteriosa cueva, ufff, prohibiciones a D.Rodrigo, así pasó, la curiosidad le pudo, el sueño le quitaría, la noche que no guerreaba y con unos cuantos sirvientes tendría que hacerse para abrir tanto candado, con tanto rey como puesto y depuesto, muerto y degollado pasó por dicha corona, pero no había obstáculo para el gatuno regente, y abrió la puerta, recorrió la cueva, cavó para desenterrar el arca oculta, y...., descubrió el misterio, un trozo de pergamino, que indicaba, jinetes en batalla, cortando cabezas. Se dice que indicaba la pérdida de Hispania por el rey que desobedeciera la prohibición, y así fue, cierto o no, D. Rodrigo la perdió.
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Mi recomendación para esta semana es asistir el miércoles para emprendedores interesados en una conferencia sobre Crowdfunding ¿Cómo ayudar a tu proyecto? en espaciocatorce, coworking, corredera del Cristo. Y el día 14, en la biblioteca José Hierro, charla impartida por la policía, sobre seguridad en internet, para padres e hijos. Interesante en todos los casos, después tomar un helado en la Heladería la Jijonenca con nuestros hijos, pues hará de la charla un desenlace muy agradable, y fresquito.
Hasta el próximo post
Katia C.
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